"¡Cuando Jesús está en casa!”

I. Un ruido (un anuncio) de que Jesús está en la casa.

A. Si queremos a Jesús en la casa tenemos que invitarlo. Ap 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

B. Tenemos que dejarlo entrar.

C. Necesitamos dejar que Él ministre. Pro 3:5 Confía en Jehová de todo tu corazón; y no te apoyes en tu propia prudencia. (6) Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.

II. Arrancar el techo para llegar a Jesús.

A. Cuando queremos algo tanto, hacemos lo que sea necesario para conseguirlo.

B. Si algo se interpone en el camino del Señor para ministrarte, debes eliminar lo que se interpone entre tú y tu Rey.

C. Zaqueo subió a un árbol para ver a Jesús, Nicademoo no pudo esperar hasta la mañana para verlo, la mujer con flujo de sangre tuvo que tocarlo.

D. No podemos permitir que la carne se interponga en el camino; simplemente lo crucificamos, y el diablo no tiene derecho porque somos libres por la sangre del cordero y tenemos poder para hollar serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo:

E. ¡Hemos sido comprados por un precio y somos libres en el nombre de Jesús! ¡Ahora no es el momento de rendirse! Hay que seguir empujando seguir llamando seguir buscando al Rey.

F. Tenemos que seguir viniendo en fe, vamos a ser testarudos para Jesús

III. No podemos esperar que Dios siga una fórmula.

A. Isa 55:8 Porque mis pensamientos no [son] vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice Jehová.

B. Job 23:14 Porque él hace [lo que está] designado para mí, y muchas de tales [cosas están] con él.

C. Pr 19:21 ¶ [Hay] muchos dispositivos en el corazón de un hombre; no obstante, el consejo de Jehová, ese permanecerá.

D. ¡No hay razón para hacer la guerra al enemigo cuando ya tenemos la victoria! Es hora de derribar esos pensamientos e imaginaciones que nos dicen que hemos perdido, hemos ganado y por la sangre derramada de Jesús tenemos la victoria