Cultivar una vida de oración disciplinada

Ningún buen hábito se desarrolla en una noche. Los hábitos, ya sean buenos o malos, se convierten en el carácter cuando los practicamos constantemente día tras día. Para cualquier vida exitosa, los viajes son inevitables y en su mayoría tediosos. A veces necesitamos fuerza sobrenatural para lograr mejores alturas. Esa fuerza que obtenemos de una vida de oración constante. Dios es la fuente de toda fortaleza y sus provisiones nunca se agotan. La efusión de agua viva brota dentro de nosotros como un manantial (Juan 4/7:38) Nunca nos sentiremos sedientos o cansados porque Dios proporciona la fuerza, la guía, la corrección y la protección necesarias para completar nuestro viaje.

Otra razón importante para amar el tiempo de oración es que solo Dios puede arreglar las cosas que hemos estropeado. Solo Dios puede aceptar a cualquiera, independientemente de la vida pecaminosa que haya vivido. Como dice el Salmo 85: 1-9, muestra favor al alma pecadora y restaura lo que le ha sido arrebatado. Si no ha desarrollado la oración disciplinada y quiere saber más sobre la oración disciplinada, comuníquese con ALC Ministries.