Aférrate a Él

En momentos de dificultad, es natural lamentarse o culpar a alguien. Pero un discípulo de Jesucristo reaccionaría de otra manera. Como su vida está dedicada a Jesucristo, está bien informado acerca de su salvador. Y nada hace temblar su fe aun en medio de la oscuridad que lo rodea. Por ejemplo, tomemos al profeta Jeremías, quien fue atado a un tronco de madera y colocado en una celda interior oscura. La única razón es que predicó lo que el Señor le había mandado.

Aún en esa situación, exaltó quién es Dios y le dio gloria. Cuando leemos, Jeremías 20:11, Pero el Señor está conmigo como uno poderoso e imponente. (NKJV). ¿No nos preguntamos cómo en la dolorosa situación retorcida él descansa y da gloria a Dios? ¿Cuántos discípulos tienen una fe tan fuerte hoy? El Espíritu Santo quería que replanteáramos nuestra posición en tiempos de desafíos.

Confesar Palabras fieles, como este profeta Jeremías (Jeremías 20:11) – Su confesión lo salvó y anima a otros a hacer lo mismo.</p

Confesar quién es el Señor para ti (Salmo 145:1)

Confesar lo que te ha hecho (Dt 8)

Confesar cómo Dios te salvó (Rom 10) :9)

Tus confesiones son palabras agradables, a su vez, serían dulces para tu alma, y sanadoras para tus huesos. (Pr0 16:24)

En segundo lugar, Aférrate a él, (Deut 30:19) Dios guió a los israelitas durante cuarenta años en el desierto. El viaje más largo jamás realizado en toda la historia de la humanidad. Solo aquellos que practicaron lo que dijo Moisés en Deuteronomio 30:19 sobrevivieron a la dureza del viaje por el desierto.

Quisieran aferrarse y confesar las palabras de victoria para vivir una vida de victoria o vivir en soledad y darse por vencidos en tu vida? las opciones son tuyas.