Sermón: Ayuno o Hambruna
Falta de Nutrición – Diferentes Resultados
#1400
Richard T. Ritenbaugh
Dado el 30-Sep-17; 79 minutos
escuchar:
descripción: (ocultar) Los estadounidenses descartan casi un tercio de los alimentos que producen anualmente. El mundo occidental, y Estados Unidos en particular, no tiene ni idea de lo que es la verdadera hambruna. Verdaderamente, el ayuno voluntario no es gemelo de la hambruna, pero brinda una oportunidad para que el pueblo de Dios se aflija a sí mismo, para someter con fuerza sus apetitos carnales, creando un ambiente de reflexión humilde y contemplativa sobre la Fuente de las bendiciones físicas y espirituales. El ayuno y la aflicción siempre van en conjunto, produciendo la mentalidad humilde para corresponder a una relación especial con Dios Todopoderoso. Dios ha usado históricamente el hambre como una de las herramientas para llamar la atención de los israelitas cuando violaron los términos del Pacto con Él, abandonando Su santa ley. Debemos saber que todas las maldiciones son el resultado del pecado, pero si nos arrepentimos genuinamente, Dios quitará la aflicción. Dios conoce la diferencia entre el arrepentimiento sincero y el hipócrita. Si no queremos hambre, entonces debemos ayunar con el motivo puro de restaurar nuestra relación de pacto con Dios. Debido a que Adán y Eva no pudieron disciplinarse a sí mismos para ayunar del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, su descendencia ha sido maldecida con la mortalidad hasta el día de hoy. A medida que ayunamos, Dios nos acerca más a Él, tal como sostuvo a Moisés durante sus tres ayunos casi consecutivos de cuarenta días. El ayuno demuestra obediencia a Dios y expresa dominio propio, reflejando el carácter de Dios, quien siempre tiene el control. Demostramos el mismo deseo de obedecer a Dios cuando "ayunamos" de carnes inmundas. Si ayunamos con doble mente, siguiendo los movimientos pero continuando tratando mal a nuestros semejantes, no estamos ayunando, sino simplemente pasando hambre. Ayunar simplemente para obtener algo para nosotros mismos conduce al desastre, pero si nos humillamos, re