¿Dónde ponemos nuestra confianza? – Estudio bíblico

Seamos honestos. ¿Somos siempre capaces de confiar en nosotros mismos en todo? Incluso el apóstol Pablo dijo enfáticamente acerca de sí mismo: “Sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Corintios 9:27 – NVI). No confiaría en sí mismo para hacer lo correcto – pero mantuvo su cuerpo (sus deseos y apetitos) bajo estricta disciplina.

El profeta Jeremías nos recuerda que “el corazón es engañoso sobre todas las cosas, y perverso; ¿Quién puede saberlo?” (Jeremías 17:9 – NVI). No es posible para ninguno de nosotros comprender el alcance de los engaños de nuestro corazón. Entonces, ¿cómo podemos confiar completamente en nosotros mismos o en alguien más?

Jeremías advirtió a los últimos reyes de Judea que no depositaran su confianza en los reyes terrenales (Jeremías 17:5-6; cf. Isaías 30:1-7). Pero continuamente buscaron ayuda en Egipto (Isaías 31:1-3). ¡Qué tontos eran! Debieron haberse arrepentido de su maldad y regresar al Todopoderoso en busca de Su ayuda.

¿Dónde podemos poner toda nuestra confianza para recibir ayuda en tiempos difíciles e inciertos? La Palabra de Dios nos dice que aquellos que ponen su confianza en Dios son como árboles plantados junto a las aguas. Incluso en la sequía no dejarán de dar fruto (Jeremías 17:7-8).

No permitamos que la autoconfianza reemplace nuestra confianza total en Dios.