¡Ese es un gran salto para Dios! – Estudio bíblico

El 20 de julio de 1969, estaba viendo la televisión mientras los astronautas del Apolo 11 aterrizaban en la luna. Fue un evento emocionante, así como un logro humano sin precedentes. Millones recuerdan las palabras de Neil Armstrong cuando dijo: «Ese es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad». El presidente Richard Nixon declaró: «Toda la humanidad es una en su orgullo».

Casi dos mil años antes, el Creador de la luna dio un salto gigante de un tipo muy diferente. Descendió del cielo a la tierra (Filipenses 2:5-8). Dios el Hijo, la Palabra eterna (Juan 1:1; Juan 1:14), bajó del cielo para hacerse completamente humano, sin dejar de ser completamente Dios. Fue un increíble “salto,” que ilustró a la humanidad el corazón de amor de Dios. Se hizo uno de nosotros para poder morir en la cruz para pagar la pena por nuestros pecados. Al rendir obediencia a nuestro Salvador en el bautismo, nuestros pecados son perdonados (Hechos 2:38). A través del estudio diario y la aplicación de la palabra de Dios, Él nos permite vencer la ambición y el engreimiento egoístas, motivándonos a cuidar de los demás (Filipenses 2:3-4).

Un salto al espacio puede unir a la humanidad en el orgullo de los logros, pero palidece en comparación con lo que Dios logró cuando Jesús vino del cielo a la tierra. Él ahora une a todos los que le obedecen (Gálatas 3:26-28), produciendo en ellos una creciente humildad y amor que reemplaza el egoísmo y el orgullo (1 Pedro 5:5-6). ¡Ir a la luna no es nada comparado con eso!