¡Reduzcamos la velocidad y olemos las rosas! – Estudio bíblico
En nuestro mundo tecnológico de mayor productividad y eficiencia, programamos demasiado nuestros días, comemos con prisa, manejamos con impaciencia y nos preguntamos por qué la alegría de vivir nos elude. Aceleramos nuestro ritmo de vida en lugar de desacelerar.
Disminuir la velocidad puede afectar positivamente nuestras vidas en el trabajo y en el hogar. Las prisas pueden nublar nuestro juicio y hacer que pasemos por alto cosas importantes y personas valiosas. Necesitamos alentar a todos a disminuir la velocidad incluso hasta el punto de dar la bienvenida a los semáforos en rojo y usar el tiempo de espera para meditar en la palabra de Dios.
En el Salmo 1: 1-6, no hay un indicio de un ritmo frenético, pero describe a una persona que disfruta de las bendiciones de Dios. En lugar de pensar y actuar como aquellos que rara vez consideran los asuntos espirituales, “Su delicia está en la ley del Señor, y en Su ley medita de día y de noche ” (Salmo 1:2). El resultado es una vida fructífera y un alma bien alimentada (Salmo 1:3).
El profeta Isaías escribió:
“Tú guardarás en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera, porque en Ti ha confiado” (Isaías 26:3).
Intentemos pensar en este versículo cada vez que tengamos que esperar a alguien o algo. ¿No es hora de que todos disminuyamos la velocidad y olemos las rosas?