Glorificando a Dios – Estudio bíblico

Qué diferente sería la vida de una persona si todo se hiciera con miras a glorificar a Dios, cada pensamiento, cada palabra, cada acción dirigida hacia esta única meta.

Tal dirección significaría que todas las decisiones conscientes serían sopesadas cuidadosamente para ver qué tipo de resultados producirían (cf. 2 Corintios 10:5). Nunca se pronunciarían palabras hirientes. El comportamiento pecaminoso nunca se practicaría. Tales cosas blasfeman el digno nombre de Dios (cf. Santiago 2:6-7).

Sin embargo, Dios sigue siendo Dios, incluso si no somos el tipo de personas que deberíamos ser, Él no cambia porque no le damos la gloria. El escritor Juan nos dice:

“¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? Porque solo Tú eres santo. Porque todas las naciones vendrán y adorarán delante de ti, porque tus juicios se han manifestado” (Apocalipsis 15:4; cf. Salmo 86:9; Jeremías 10:7).

El mal comportamiento puede hacer que otros hablen mal de Dios, pero somos nosotros los que realmente perdemos cuando fallamos en honrarlo (1 Pedro 3:12-17). Como cristianos, en esta temporada festiva (como en cada temporada), demos honor y gloria a Dios haciendo las cosas que son agradables a sus ojos (Juan 8:29; cf. 1 Corintios 10:31; Colosenses 3:17; 1 Pedro 4:11).