Vamos a tener cuidado con las llamadas “gangas” ¡Encontramos! – Estudio bíblico

Se cuenta la historia de un hombre al que le encantaba coleccionar libros antiguos. Un día, conoció a un compañero amante de los libros que acababa de tirar una Biblia vieja que había estado guardada en el ático de su hogar ancestral durante generaciones. Lo tiré porque no podía leerlo, explicó su amigo amante de los libros. Alguien llamado Guten-algo lo había impreso.

El coleccionista de libros antiguos exclamó horrorizado: ¡No Gutenberg! Esa Biblia fue uno de los primeros libros que se imprimieron. ¡Vaya, una copia acaba de venderse por más de dos millones de dólares!

Su amigo no estaba impresionado. Mi Biblia no habría traído un dólar. Verás, un tipo llamado Martín Lutero lo había garabateado en alemán.

Este hombre trató como sin valor, lo que era valioso, como lo hizo Esaú en el Antiguo Testamento. Como recordamos, Esaú fue tachado de profano porque vendió su primogenitura espiritual por un bocado de comida (Hebreos 12:16; cf. Génesis 25:24-34).

Solo cuando ya era demasiado tarde para deshacer su elección irrevocable, Esaú se dio cuenta de que había sacrificado lo permanente en el altar de lo inmediato.

Hermanos y amigos, tengamos cuidado con las llamadas gangas que encontramos, porque muchas veces, nuestra cultura coloca pone un alto precio a lo que no vale nada y luego tira como sin valor lo que tiene valor eterno.

Pidamos siempre al Señor que nos dé sabiduría para discernir lo que vale la pena guardar y lo que es mejor desechar en la vida (cf. Mateo 6:19-20; Colosenses 3:1-4; 1 Timoteo 6:17-19).