Aprendiendo de los fracasos morales de otros – Estudio bíblico
Aquí en El Paso, se ha vuelto casi común escuchar acerca de la mala conducta de un funcionario público respetado, al punto que ya no nos sorprendemos. Pero, ¿cómo debemos responder a la noticia de un fracaso moral, ya sea por parte de una persona destacada o de un amigo?
Cuando oímos hablar de los pecados de los demás, Pablo nos advierte que seamos conscientes de nuestra propia vulnerabilidad espiritual ( Gálatas 6:1). Después de repasar la desobediencia de los israelitas en el desierto (1 Corintios 10:1-5), Pablo insta a sus lectores a aprender de estos pecados para que no los repitan (1 Corintios 10:6-11). Luego se enfoca, no en las fallas pasadas, sino en el orgullo presente cuando escribe: El que piensa que está firme, mire que no caiga (1 Corintios 10:12).
Hermanos y amigos, la cabeza que se mueve en reproche, es una respuesta común al pecado público. Sin embargo, más útil es la cabeza que asiente, Sí, soy capaz de hacer eso, luego se inclina en oración por el que ha caído (1 Juan 5:16) y el que piensa que está en pie (contraste a los dos hombres en Lucas 18:9-14).
¡Pensemos en esto!
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