¿El diablo nos obliga a hacerlo? – Estudio bíblico
Cuando Eva sucumbió a la estratagema de Satanás (Génesis 3:1-6), él desempeñó un papel en sus elecciones, pero ella tenía un pensamiento erróneo sobre la tentación y el pecado. El diablo nos tienta, pero no nos hace pecar.
Santiago nos dice que Dios tampoco tiene la culpa: Que nadie diga cuando es tentado, yo soy tentado por Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie (Santiago 1:13).
Entonces, ¿quién tiene la culpa cuando pecamos?
Los inspirados el escritor Santiago responde:
Cada uno es tentado cuando de sus propios deseos es atraído y seducido (Santiago 1:14).
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Así como un pescador usa el cebo para atraer a su presa, nuestros deseos desenfrenados nos llevan a ceder a la tentación y al pecado.
Cuando desobedecemos a Dios al pecar (1 Juan 3:4; cf. Romanos 3:23), no echemos la culpa ni tratemos de justificar nuestras acciones con alguna falta que el diablo me hizo hacer teología (cf. Éxodo 32:19-24).
Más bien, tomar total responsabilidad por nuestras acciones (2 Samuel 24:10), confesar nuestros pecados a un Padre misericordioso y perdonador (1 Juan 1:9; cf. Salmo 32:5), y luego buscar una vida piadosa de nuevo (1 Timoteo 4:8; cf. 1 Timoteo 6:1-6).