Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario- La apertura de un espacio relacional por medio del perdón.
Solía haber un cartel en el sótano de la Librería de la Universidad de Princeton que decía: "Ama a tus enemigos, los volverá locos. "
Inteligente pero el amor a los enemigos y el perdón, mandado por Jesús en nuestro Evangelio de este domingo, no es esperar que la otra persona cambie o tratar de ser superior moralmente.
Entonces , ¿qué pasa con el perdón incondicional sin ningún arrepentimiento por parte del malhechor?
No, porque eso contradice la declaración de perdón.
En cambio, el perdón ES un regalo condicional ofrecido que abre un espacio relacional que espera una respuesta recíproca.
Por ejemplo, el perdón de Jesús en la Cruz abre un espacio relacional en el lugar menos imaginable.
Exige una respuesta de aceptación o rechazo.</p
–Si se acepta, crea una nueva identidad y así el Buen Ladrón se convierte en un compañero de Jesús que entró en el paraíso incluso antes de la resurrección final. ción, y ser perdonado de un pecado mortal en la confesión crea una nueva identidad (por así decirlo) para que la persona vuelva al estado de gracia santificante.
–Cuando se rechaza, la oferta de relación se convierte en castigo por autoexclusión.
1) Solo se necesita uno para ofrecer perdón.
2) Se necesitan dos para la reconciliación o la nueva identidad.
Tu ofrecimiento de perdón te protege de los resentimientos.
El Catecismo dice: Para recibir la misericordia [de Dios], debemos admitir nuestras faltas, pero que…
la contrición ocupa el primer lugar, que es tristeza del alma y aborrecimiento del pecado cometido, con la resolución de no volver a pecar.
Para esta semana—Como el Rey David, orar por una contrición más profunda, por un corazón contrito que entienda y reconozca el naturaleza destructiva del pecado, y hace restitución cuando puede, o cuando no puede, haciendo reparaciones espirituales mediante la oración y la penitencia.
Y, cuando esté equivocado, admítalo inmediatamente. No te volverá loco.
Es uno de los comportamientos más liberadores que uno puede adoptar.
Amén.