“Como pensamos en nuestro corazón” – Estudio bíblico

Pablo dijo que todos los alimentos fueron creados por Dios y debían ser recibidos con acción de gracias por los que creen y conocen la verdad. En el mismo contexto, afirmó que “toda creación de Dios es buena, y nada hay que rechazar, si se recibe con acción de gracias” (1 Timoteo 4:3-4).

Las declaraciones de Pablo a Timoteo estaban dirigidas a aquellos que prohibían comer ciertos alimentos por motivos religiosos. Le dice que todo lo que es apto para el consumo humano no es impuro religiosamente, y debe comerse con una conciencia tranquila.

Pablo continúa en 1 Corintios 6:13, “Carnes para el vientre, y el vientre para las carnes,” lo que significa que Dios diseñó una función legal y práctica tanto para el receptáculo de comida como para la comida misma – cada uno complementa al otro.

Sin embargo, tanto el estómago como la comida eventualmente se destruirán – ninguno tiene una permanencia sobre ellos. Su punto de comparación aquí es que también hay una función legal y práctica para el cuerpo, y no es para fornicar, sino para servir al Señor y Sus propósitos.

La mente humana también es un receptáculo y , del mismo modo, lo que recibe es para complementar su propósito de existencia. Hay un alimento diseñado por Dios para el pensamiento que nutre el alma y construye un carácter fuerte.

Pablo nos instruye: “Dejen que la palabra de Cristo more en abundancia en ustedes en toda sabiduría” (Colosenses 3:16). Luego, en Filipenses 4:8, Pablo exhorta a los hermanos: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen informe; si hay alguna virtud, y si alguna alabanza, en esto pensad.”

Según el escritor de Proverbios, somos literalmente lo que pensamos (Proverbios 23:7). ). La conclusión es que los malos pensamientos producen malas acciones y carácter, mientras que los buenos pensamientos producen buenas acciones y carácter (Génesis 6:5; Proverbios 6:18; Proverbios 15:26; Hechos 10:38).

Jesús afirmó estas verdades cuando dijo: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias: estas son las cosas que contaminan al hombre& #8221; (Mateo 15:19-20).

Las acciones están directamente conectadas con los pensamientos, y son producto de lo que la mente concibe. Uno podría preguntarse, “¿Qué determina los pensamientos que ingiere la mente?”

La respuesta son los pensamientos y la intención del corazón, o mente (cf. Hechos 5:4; Hechos 8). :22).