El objetivo de la adoración – Estudio de la Biblia

Nos sentamos a ver una obra de teatro, observamos atentamente a los actores en el escenario. Si estamos lo suficientemente entretenidos, mostramos nuestra gratitud con aplausos. La asamblea de la iglesia debe ser exactamente lo opuesto al teatro. Cuando adoramos, Dios es la audiencia.

Lo que más importa tiene lugar dentro de los corazones de la congregación, no en el escenario detrás del púlpito. Cuando salimos de un servicio de adoración, no debemos preguntarnos: ¿Qué obtuve de él? sino más bien, ¿Se complació Dios con mi adoración a Él? (Juan 4:23-24).

Dios se esforzó mucho en especificar los detalles de los sacrificios de animales para los antiguos israelitas en su adoración (cf. Levítico 1-9). Sin embargo, Él dijo que no necesitaba sus animales:

No tomaré un toro de tu casa, ni cabras de tus rediles. porque mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados (Salmo 50:9-10).

Lo que Él sí quería, era su alabanza y obediencia (Salmo 50:23).

Al enfocarnos solo en los aspectos externos de la adoración, nosotros también perdemos el punto. Al Señor le interesa un sacrificio del corazón, una actitud interna de sumisión y acción de gracias (Romanos 2:28-29).

El fin de la adoración entonces, es nada menos que congregarnos (Hebreos 10: 24-25) y agradar al Señor (Juan 8:29; cf. Juan 4:34; Juan 5:30; Juan 6:38).