Hay una sola fe: “La fe” – Estudio bíblico
La Biblia dice claramente que hay “una fe” (Efesios 4:5). Entonces, cuando los hombres hacen la pregunta, “¿De qué fe eres?” están mostrando una ignorancia de la Palabra de Dios. En ninguna parte de la Biblia se habla de la fe en forma plural. El mundo denominacional puede tener muchas “fes,” pero a los ojos de Dios sólo hay “una fe.”
Dios desea que todos “vengamos en la unidad de la fe” (Efesios 4:13); “continuar en la fe” (Hechos 14:22); y ser “establecidos en la fe” (Hechos 16:5). (Tenga en cuenta que todos los énfasis en negrita en este artículo son del autor).
Las Escrituras inspiradas nos dicen que adquirimos esta “una fe” ; escuchando la palabra de Dios (Romanos 10:17). Las religiones que difieren de la “una fe” de la Biblia, provienen de las tradiciones, costumbres, filosofías y credos de los hombres (cf. Mateo 15:1-10; Colosenses 2:16-22; Tito 1:10-14). Como solo hay “uno” verdadero evangelio, solo puede haber “uno” fe verdadera (Gálatas 1:8-9).
El Espíritu advirtió que “algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de diablos” (1 Timoteo 4:1). Se exhorta a los cristianos a, “permanecer firmes en la fe,” y no se dejen desviar por las doctrinas de los hombres (1 Corintios 16:13). Pablo exhorta además a los cristianos a, “luchar juntos unánimes por la fe del evangelio” (Filipenses 1:27) y a “luchar ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 1:3).
En las Escrituras, Dios ha revelado un sistema singular de fe (o creencia), y debemos contender por él, luchar por él y trabajar por ella (Judas 1:3; 2 Timoteo 4:7; 1 Timoteo 6:12; 2 Timoteo 1:13; Tito 1:9). El significado del idioma original es que “una fe” fue entregado por Dios, una vez para siempre.
Solo necesitamos predicar, creer y obedecer “la fe que fue una vez entregada” (Judas 1:3 RV). Esta “una fe” nunca necesita adiciones o correcciones (Deuteronomio 4:2; Proverbios 30:6; Apocalipsis 22:18-19). No tenemos necesidad de un evangelio moderno ni de revelaciones de los últimos días ni de intérpretes oficiales.
Sabe el diablo que si puede apartar a los hombres de “la fe,&# 8221; no pueden ser salvos (Hechos 13:8 RV). Por lo tanto, debemos ser diligentes en predicar y enseñar fielmente la Palabra de Dios a todo el mundo (Mateo 28:19-20). Los resultados son, “Y la palabra de Dios crecía; y el número si los discípulos se multiplicaron en gran manera en Jerusalén; y una gran compañía de sacerdotes obedecían a “la fe” (Hechos 6:7).
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