La Gracia de Dios
6. La Gracia de Dios
“De su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia” (Juan 1:16).
La presencia de Jesús es la gracia de Dios para la humanidad. La manifestación de esta gracia comienza con la historia de la creación. Cuando Dios habló y la creación física pudo existir, fue la primera manifestación física de la gracia de Dios. La gracia de Dios es la participación de Sí mismo con Su creación.
Cuando el Señor Dios le habló a Noé acerca de la destrucción del mundo antiguo, la Biblia dice que Noé halló gracia ante los ojos de Dios. Aquí el concepto de gracia se inclina hacia la idea de favor. Cuando el Señor Dios estaba trabajando con Moisés, Moisés le recordó a Dios que el Señor Dios tenía la promesa de enviar a alguien con él. La respuesta del Señor a Moisés fue que Su presencia iría con Moisés (Ex 33:2, 12-23). La aplicación espiritual de esta enseñanza se encuentra en el mensaje del Nuevo Testamento que declara que Jesús resucitado vive en nosotros. No podemos verlo. Sin embargo, como con Moisés “Dios hace pasar toda su bondad delante de nosotros” (Éxodo 3:19).
El concepto de gracia del Antiguo Testamento se convierte en el fundamento del Verbo encarnado en quien habita la plenitud de la gracia. Todos hemos recibido de esa gracia (Juan 1:17). La gracia de Dios en Jesucristo obrando en nuestras vidas se convierte en el fundamento de la vida cristiana. El cristiano tiene que desarrollar un entendimiento de la relación con Dios a través de Cristo Jesús que ya no se establece sobre la base de la ley, sino sobre la gracia que es en Cristo Jesús.
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¿Cómo se aplica esto al cristiano? La gracia de Dios está detrás de toda la creación en el cielo y la tierra. Dios se ha revelado a sí mismo a su creación a causa de su amor. La expresión o manifestación más completa de Su amor por nosotros es el Jesucristo histórico. Jesucristo es la presencia de Dios, por lo tanto, Jesucristo resucitado vivo en nuestras vidas es la gracia de Dios. Existimos por el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la misericordia, la bondad, la fidelidad, la humildad y el control de Dios. La gracia de Dios consiste en todo esto.
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