La Verdad Sobre Dios
LA VERDAD SOBRE DIOS
(Truth about God)
INTRODUCCION:
Aproximadamente hacen dos mil años, una mujer llamada María dio a luz
un niño. El niño se llamó Jesús. El no era un niño cualquiera. María era una
virgen y ella concibió a Jesús por el Espíritu Santo. Su nacimiento fue un
milagro.
María no escogió un nombre para su niño. Su nombre vino de los cielos.
Un ángel apareció en sueños a José (él que iba a ser el esposo de María) y le
dijo, «y llamarás su nombre JESUS, porque él salvará a su pueblo de sus
pecados» (Mateo 1:21). Jesús también fue llamado Emanuel, que se convirtió
es «Dios con nosotros» (Mateo 1:23). Jesús era Dios, quien vino al mundo
para salvar a los hombres de las consecuencias del pecado.
¿COMO SE SABE QUE JESUS ES DIOS?
Isa . 9:6- y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte,
Padre eterno, Príncipe de paz.
Un día todos tendrán que reconocer que Jesús es el Señor. «y toda lengua
confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre» (Filipenses
2:11). Es sabio aceptarlo como su Salvador ahora. Si El es su Señor, también
será su Salvador. Los que esperan hasta que estén obligados dos o forzados
confesarle no tendrán arrepentimiento. Será demasiado tarde y serán
castigados por sus pecados.
Jesús nos ha dado prueba de que El es el Señor Dios. Lo ha probado en
muchas maneras. Estas pruebas se hallan en la Biblia. La primera prueba fue
Su nacimiento milagroso. El niño llamado Jesús, era Dios llegado al mundo
como hombre (I Timoteo 3:16).
El ministerio de Jesús y su impacto en la humanidad añade prueba a la
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verdad que Jesús es Dios. Napoleón Bonaparte lo dijo como tantos otros: «Yo
les digo, conozco a los hombres. Jesús fue mas que un hombre.
Carlomagno, Alejandro, y yo hemos fundado imperios, pero ¿sobre qué los
fundamos? ¡En la fuerza! Jesús ha fundado un imperio más grande en
extensión territorial y vasto en significación, ¡en amor! Yo he inspirado a los
hombres para que ellos murieron por mí. Imagínese un hombre muriendo
por mí casi veinte siglos después que yo sea muerto. Esto es lo que los
hombres están haciendo en el mundo entero por este hombre, Jesús de
Nazaret.»
El ministerio de Jesús a los perdidos produjo muchos milagros. El hizo al
cojo caminar; al sordo oir; al ciego ver; y aún a los muertos resucitar.
Siendo Dios, Jesús podía hacer todo.
Algunos hombres de la época de Jesús aparecieron la revelación de Dios de
que Jesús era el Prometido del Antiguo Testamento. Jesús preguntó a sus
propios discipulos, «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (Mateo 16:15).
Respondiendo, Pedro dijo que El era el Cristo, el hijo del Dios viviente.
Jesús se alegró que ellos entendieron quien era El. Jesús dijo,
«Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo revelaste carne ni
sangre, sino mi Padre que está en los cielos» (Mateo 16:17 ).
Si quiere entender quién es Jesús, debe pedir a Dios que le ayude
entender. El Espíritu le muestra que Jesús era Dios caminando en la tierra
como hombre. El le enseñará por las Santas Escrituras. El Espíritu Santo, el
cual es el Espíritu de Jesús, le ministrará, mostrandole la verdad sobre Jesús.
Al creer que Jesús es Dios, tendrá felicidad. Tomás, un seguidor de
Jesús, no creyó que Jesús se había levantado de la muerte después de que los
hombres crueles la mataron. Sin embargo, Jesús sí se levantó y se mostró
a Tomás. Cuando él vio a Jesús, dijo, «¡Señor mío, y Dios mío!» Jesús le
dijo; «Porque me has visto, Tomás, creiste; bienaventurados los que no
vieron, y creyeron» (Juan 20:29).
Los que mataron a Jesús no creyeron que era Dios . Ellos pensaron que al
rnatarle, probarían que no era Dios. Pero no se puede matar a Dios. El
Espíritu de Jesús salió del cuerpo, dejándole morir. Solamente el cuerpo, o
sea, la carne de Jesús sangró y murió. La sangre que El derramó era por
nosotros, para que tengamos vida. Después de tres días el Espíritu de
Jesús volvió al cuerpo. El abandonó el sepulcro y probó que El era Dios.
Jesús todavía vive hoy. El ha regresado a los cielos y nos ha mandado Su
Espíritu para vivir en nosotros, si creemos en El.
CONCLUSIÓN:
La Biblia claramente declara que Hay un solo Dios. «El primer mandamiento
de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es»
(Marcos 12:29). Para evitar las consecuencias del pecado, hay que amar a Dios.
«Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento»
(Marcos 12:30).
Al entender que Jesús es Dios, debe amarle con todo su corazón, alma, mente ,
y fuerza. El que ama a Jesús lo muestra por obedecer el evangelio. El
evangelio, de Jesucristo es el arrepentimiento, el bautismo en el nombre de
Jesús, y el recibir el don del Espíritu Santo (Hechos 2:38). «Pero estas se
han escrito para que creen que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, Y para que
creyendo, tengáis vida en su nombre» (Juan 20:31 ).