Llámame en el día de la angustia;
“E invócame en el día de la angustia; te libraré,
y tú me honrarás.” — Salmo 50:15.
EL Señor Dios en este Salmo se describe teniendo una controversia con su
pueblo. Convoca a cielo y tierra para que lo escuchen mientras pronuncia su reproche. Lo que al Señor le faltó en su pueblo no fueron los ritos del templo y las ofrendas, porque en estas abundaron, pero le faltó el fruto de los labios dando gloria a su nombre. Echó de menos su:-
Agradecimiento, porque les dice: “Ofreced a Dios acción de gracias; y paga tus votos al Altísimo;”
Confianza “Invócame en el día de la angustia; Yo te libraré, y tú me honrarás.”
Veracidad ¿Puedo aventurarme también a preguntarte si le pagas tus votos?
I. LLAMAR EN PROBLEMAS LE TRAE GLORIA EN SU ACTO.
Nota, es un reconocimiento veraz de Dios. El hombre que invoca a Dios en el día de la angustia, evidentemente posee una creencia real y sincera en la existencia de Dios, en su personalidad, en su poder, en su condescendencia y en su continuo cuidado en los asuntos de los hombres;
es buscar una relación espiritual con Dios. “Invócame en el día de la angustia.” Ese llamado es lenguaje del corazón dirigido a Dios; es el alma hablando realmente al gran Padre más allá de toda duda. no de palabrería
está lleno de una esperanza manifiesta en Dios espera en Dios por su bondad, por su misericordia, por su gracia.
Un alma que invoca honra a Dios’ Su bondad y condescendencia, e igualmente rinde tributo a su fidelidad y su suficiencia total.
Exhibe un afecto aferrado a Dios. Un verdadero hijo de Dios ama a un Dios que castiga. la paciencia de Job. Cuando su esposa le pidió que maldijera a Dios y muriera, ¿qué dijo él? “Hablas como habla una de las mujeres insensatas.
¡Qué! ¿Recibiremos el bien de la mano de Dios, y no recibiremos el mal?”
llevando a una confianza más firme en Dios. Es una cosa bendita cuando
podemos decir, “Aunque él me mate, en él confiaré,”
Entonces sigue el ejemplo de Ezequías y difunde la carta del Rabsaces delante del Señor.
Ciertamente, el Señor sabe mejor lo que le agrada, y si declara su complacencia
en nuestro llamado a él en el día de problemas, ¿por qué hemos de disputar con él?
II. GLORIA A DIOS MEDIANTE LA RESPUESTA “Yo te libraré.
En estas palabras tenemos
(a) una respuesta práctica. No es simplemente “Pensaré en ti, te escucharé, te propondré planes y te ayudaré un poco a desarrollarlos,” pero, “yo te libraré.”
(b) una respuesta positiva. No es, “puedo, tal vez, librarte”; pero, “lo haré.”
(c) una respuesta personal. “Yo te libraré.” No se dice, “Mis ángeles lo harán,” pero “yo te libraré.” El Señor Dios mismo se compromete a rescatar a su pueblo. “Seré un muro de fuego alrededor de ellos.”
Entonces, también, es personal en cuanto a su objeto: es el mismo hombre que invoca
Dios en la angustia que será partícipe de la bendición. “Invócame en el
día de angustia, yo te libraré.” Es personal, para usted;
(d) una respuesta permanente. “Confía en el Señor para siempre, porque en el Señor Jehová está la fortaleza eterna.” (sin límite de tiempo)
III. EL SEÑOR SERÁ GLORIFICADO DESPUÉS.
Por Alabanza bendiciendo al Señor amoroso por tan bondadosa intervención.
Por Prueba la gratitud de tu corazón, en la cual el recuerdo de su bondad será recordado para siempre.
Por Proclamación para dar testimonio de su fidelidad.
Por Progreso usted crecerá personalmente en la fe por la experiencia del amor de su Padre celestial y poder, y en los días venideros lo glorificarás
Practicando mayor paciencia y confianza.
“Canto con éxtasis y sorpresa
Su misericordia en los cielos.”