Que no haya parcialidad – Estudio bíblico

Un hombre cristiano una vez asistió a una congregación regularmente durante varios meses, pero siempre fue ignorado. Como nadie sabía quién era y parecía fuera de lugar con su ropa vieja y gastada, nadie se tomó el tiempo de hablar con él.

Un domingo mientras tomaba asiento en la asamblea, intencionalmente se dejó puesto el sombrero. Mientras el predicador se paraba detrás del púlpito y miraba a la audiencia, notó de inmediato al hombre con el sombrero. Así que llamó a uno de los diáconos y le pidió que le dijera al hombre que se olvidó de quitarse el sombrero. Cuando el diácono le habló al hombre, él respondió con una gran sonrisa y dijo: «Pensé que eso sería suficiente». He asistido a esta congregación durante 6 meses y usted es la primera persona que me ha hablado.”

Hermanos, no hay lugar para el prejuicio o el favoritismo en la familia de Dios. Los que hemos sido bautizados en Cristo somos iguales a los ojos de Dios (Gálatas 3:26-28. Y esa igualdad debe ser evidente en la forma en que tratamos a los demás hermanos (cf. Romanos 12:10).</p

Debemos ser hospitalarios y corteses con todos, sin importar su raza, condición social o apariencia (Santiago 2:1-9) Cuando mostramos favoritismo, pecamos contra las personas a quienes Dios ama y por quienes Cristo murió. Seamos amables con todos y tengamos cuidado de no mostrar parcialidad.