¡Veamos nuestros puntos ciegos! – Estudio bíblico
Mientras tomaba clases de manejo en la escuela secundaria, tuve un instructor de manejo que me dio buenos consejos. “Piensas que al mirar por el espejo retrovisor sabes lo que hay a tu lado izquierdo, pero tu visión es limitada” él dijo. “Mire siempre por encima del hombro antes de cambiar de carril. Puede haber otro automóvil en su punto ciego.” A través de los años, su sabia instrucción me ha mantenido fuera de más posibles accidentes de los que me gustaría pensar.
Moisés tenía algunas sabias instrucciones para el pueblo de Israel. Debían hacer del estudio y la contemplación de los mandamientos de Dios una parte integral de la vida. Moisés dijo: “Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:7). En resumen, las palabras de Dios debían impregnar todos los aspectos de sus vidas.
La Biblia es nuestro manual de instrucciones de Dios para navegar el viaje de la vida. Pero simplemente poseer una copia no es suficiente. Debe ser estudiado, aplicado y transmitido a otros (2 Timoteo 2:15; Santiago 1:22; 2 Timoteo 2:1-2).
Así como controlar nuestro punto ciego debe convertirse en un respuesta mientras manejamos, aplicar la Palabra de Dios debe ser nuestra respuesta natural cuando enfrentamos los peligros de la vida. Nos ayudará a evitar un choque espiritual.