10 Cosas que resienten los que están en la carne

“Porque la mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a las cosas de Dios, pues ni siquiera es capaz de hacerlo ” (Romanos 8:7).

No es solo que los creyentes y los incrédulos piensan de manera diferente. Más bien, es que los cristianos de mentalidad espiritual y los miembros de la iglesia de mentalidad carnal (supongamos que son creyentes, pero es difícil saberlo) también actúan y valoran de manera opuesta.

Dejemos que la iglesia tome nota.

En un artículo sobre dar con sacrificio, hice una declaración que llamó mucho la atención: Aquellos que están en la carne se resienten de que les digan que están en la carne.

Más de un lector reaccionó con enojo. (Demostrándose así el punto, algunos podrían concluir.)

Los pastores de Dios (es decir, pastores de todas las variedades) pueden apreciar la fuerte división que hace la Escritura entre tener una mente espiritual y una mente carnal. La Palabra del Señor no permite que se desdibuje esa línea, sino que establece un marcado contraste entre las dos. “La mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz” (Romanos 8:6).

La realidad de la dicotomía, las razones y los resultados que siguen son muy diferentes. (No, ese no es un bosquejo de sermón, aunque podría funcionar. Uno espera, sin embargo, que cada predicador sepa «la aliteración no hace un sermón».)