10 Hábitos de los cristianos que cambian el mundo

Un trozo de papel marrón de bordes irregulares está desplegado sobre la mesa frente a mí, cubierto de nombres que tienen más en común de lo que parece. A primera vista, muchos de los nombres se destacan como cristianos famosos que impactaron al mundo. Está Martín Lutero, el monje que inició la Reforma protestante. Está William Tyndale, cuyas (ilegales) traducciones al inglés de las Escrituras de sus idiomas originales abrieron la puerta para una mayor reforma y avivamiento, y envió a Tyndale a la hoguera.

Luego está William Wilberforce, el político que luchó incansablemente para abolir el comercio británico de esclavos. Y ni siquiera me hagan empezar con Hannah More, la mujer menos conocida, pero no menos asombrosa, cuyos escritos, obras y esfuerzos de reforma social se movieron junto con los de Wilberforce para combatir la esclavitud, la pobreza y un enjambre de otros males.

Desde predicadores y políticos hasta avivadores y renegados, más seguidores de Cristo han influido en la historia de los que podría escribir en ese papel marrón. Más allá de su fe compartida, relaciones personales con Jesús e impactos duraderos, ¿qué tienen en común estos cambiadores del mundo? Por un lado, no eran perfectos. Cometieron errores como todas las demás figuras históricas, incluidos Noé, David, los Apóstoles y los «héroes de la fe» registrados en Hebreos 11. Eran seres humanos comunes y corrientes, propensos al error, en manos de un Dios extraordinario e infalible. Y todos sintieron el peso de sus llamados dados por Dios.

Pero mire aún más profundo debajo de la superficie, y notará que estos cambiadores del mundo cotidianos también comparten otros rasgos. Ejercieron hábitos que los ayudaron a posicionarse para cumplir las misiones a las que Dios los había llamado. Examinemos solo 10 de estos hábitos, de los cuales podemos aprender a medida que avanzamos en nuestras propias misiones dadas por Dios.