Abundan las historias de «horror» entre los suegros. Seré honesto; Solía reírme de los chistes de los suegros. Pero ya no más. Creo que Dios puede usar las relaciones con los suegros para bendecirnos y animarnos, y también para borrar las asperezas de nuestra personalidad. Mirando a los suegros a través de los ojos de Jesús, ahora espero historias de «honor».
A veces, a pesar de hacer todo lo correcto, las relaciones entre los suegros pueden desmoronarse. No podemos “arreglar” a otras personas, pero el Señor puede cambiarnos y arreglar los problemas de las relaciones a Su propio tiempo y manera. Mientras tanto, podemos elegir amar a los demás, incluso a los desagradables, como lo haría Jesús.
Dado ese descargo de responsabilidad, hay pasos poderosos que podemos tomar para crear interacciones sanas con los suegros.
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