Cuando conocemos a Agar por primera vez en la Biblia, ella es una sierva egipcia de Sarai (luego llamada Sara), la esposa de Abram (luego llamado Abraham). Sarai era infértil y deseaba desesperadamente un hijo. Dios le había dicho a Abram que tendría un heredero, un hijo, y sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, la pareja anciana todavía no tenía un bebé (Gén. 15:2-5).
Erróneamente, Sarai pensó el Señor le había impedido tener un bebé, así que ella ideó su propio plan para darle a Abram una familia. (Gén. 16:2)
En aquellos días, una sierva no tenía derechos y estaba obligada a cumplir con todo lo que sus dueños le dijeran que hiciera. Cuando Sarai, su ama estéril y desesperada, decide usar a Agar como madre sustituta para darle un hijo a su esposo Abram, Agar no tiene más opción que obedecer. Abram estuvo de acuerdo y se acostó con Agar y ella quedó embarazada.
Esto nos parece una práctica extraña hoy en día, pero en realidad era una costumbre antigua en los tiempos bíblicos para asegurar el nacimiento de un heredero varón.</p