Vivimos en una cultura donde finalmente es políticamente correcto empoderar a las mujeres. Pero cómo lo hacemos hace toda la diferencia en el mundo. Ni los hombres ni las mujeres obtienen su poder o fuerza de sí mismos, ni de otros que les den oportunidades, promociones o posiciones de autoridad.
Salmo 75:6-7 dice: “Porque la promoción no viene de la oriente, ni del occidente, ni del sur. Pero Dios es el juez: a uno menosprecia y a otro enaltece” (RV). La Escritura deja en claro que el Espíritu Santo es el que da poder (1 Corintios 10:11). Cuando entendemos y reconocemos la verdadera fuente de empoderamiento, podemos fortalecer y empoderar a otros de manera mucho más efectiva que los cursos de capacitación y la afirmación positiva. También podemos conducirlas a un pozo de poder que está constantemente disponible para sacar de sí mismas.
Con el reconocimiento de dónde proviene el verdadero empoderamiento, aquí hay siete maneras de empoderar a otras mujeres, bíblicamente.