Todos los viernes por la mañana en Desiring God, el personal se reúne para una hora de devoción y oración. Esta mañana, David Mathis nos guió a ver cómo el hecho de que la Biblia está centrada en Dios se relaciona con su exaltación de Cristo y el hecho de estar centrado en el evangelio. Fue un buen momento para estar juntos y escuchar textos como Isaías 48:9-11 y 2 Corintios 4:4-6.

Allí estábamos, acurrucados en la sala del personal, regocijándonos en el crucificado y Señor resucitado y soñando con que su nombre sea proclamado en todas las naciones. Y entonces se me ocurrió . . .

Hay todo tipo de reuniones en todo el mundo. Los líderes gubernamentales y los gobernantes de las naciones se reúnen, conspiran, luchan por la fuerza y la prominencia. Los reyes de la tierra reuniéndose en todo su secreto (pero no a prueba de fugas). Quieren dominación, control, poder.

Y allí estábamos de nuevo, un puñado de personas conversando y orando en un pequeño vecindario urbano, maravillándose ante la semilla de mostaza que vencerá al mundo.

Hemos leído Apocalipsis 5:9-14. Sabemos cómo va a ir esto y no estamos tratando de mantenerlo en secreto. De hecho, para que quede claro, Jesucristo reinará para siempre. Él salvará y reunirá para sí un pueblo. Sus enemigos serán puestos por estrado de sus pies. Él hará nuevas todas las cosas. Y él reinará.

«¡Al que está sentado en el trono y al Cordero sea la bendición, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos!»