Mitch y Mary Pearson son muy valiosos para nosotros. Son miembros desde hace mucho tiempo de Bethlehem Baptist, una iglesia a la que han servido de innumerables maneras. Y Mitch ha sido miembro de la Junta Directiva de DG durante los últimos 10 años.

En enero de 2009, a Mary le diagnosticaron leucemia linfocítica aguda. Desde entonces, han estado librando una guerra contra la enfermedad con quimioterapia, trasplantes de médula ósea, medicamentos y mucha, mucha oración. La batalla ha ido y venido. El equipo médico de Mary dudaba que sobreviviera para ver el 2010. Pero el Señor la sostuvo.

Sin embargo, lo más notable es cómo Mitch y Mary se han negado a desperdiciar este cáncer. Sus publicaciones de CaringBridge en particular han estado llenas de fe y gracia. Leer sus actualizaciones es como volar hacia el ojo de un huracán. En medio de una tormenta furiosa, confían profundamente y proclaman sin vergüenza la soberanía de Dios, quien saben que los persigue con bondad en misericordia (Salmo 23: 6), incluso ahora.  Y su esperanza está claramente arraigada en la promesa de que estar ausente del cuerpo es estar presente con el Señor (2 Corintios 5:8), y en la resurrección de los muertos (1 Corintios 15:42-44). Su fe muestra a Jesús como glorioso.

¿Orarías con nosotros? Recientemente, han reaparecido células leucémicas en la médula ósea de Mary. Oren por una fe sostenida, oren por la regeneración del personal médico, la familia y los amigos no creyentes, oren por el aliento más amplio de los santos.

Y oren para que el Señor sane a María. La muerte es un enemigo. Es cierto que los santos sucumbiremos temporalmente a él hasta que Jesús regrese. Pero no haremos las paces con la muerte. Sus días están contados. Jesús quitó su aguijón. En nuestro camino para estar con él, pateamos a la muerte en su boca desdentada. Sólo nos entregamos a Jesús.

Y oren por los hijos de Mitch y Mary: Phillip 22, Emily 19, Cassie 17 y Janelle 12.

Gracias.