Me gustaría alentar a todos los fundamentalistas y ex fundamentalistas a sentir una buena brisa del febril panorama de la controversia. Es de un artículo de Kevin Bauder, el presidente del Seminario Teológico Bautista Central, al otro lado de la ciudad aquí en Minneapolis.

Si eres un fundamentalista joven y esperas seguir siéndolo y ser uno bueno, lee esto.

Si crees que no eres fundamentalista y te preguntas cómo son los mejores, lee esto.

Si lees a John Piper y piensas que tienes que dejar de ser fundamentalista, lee esto.

Si te preguntas si puedes ser calvinista sin actitud y fundamentalista, lee esto.

He aquí una brisa:

Estoy agradecido de haber sido criado en una versión del fundamentalismo dirigida por hombres que se negaban a convertirse en «gigantes». Probablemente nunca hayas escuchado sus nombres, porque no estaban tratando de crear o controlar imperios. Sin embargo, estaban dispuestos a hacer frente a los matones y, en algunos casos, los mismos “gigantes” a quien el pastor Sweatt identifica.

Eran hombres de fe y fortaleza, pero también hombres de bondad y mansedumbre. Eran genuina y bíblicamente mansos. Pelearon las batallas de su época, pero lo hicieron en su mayor parte sin perder la dulzura de su espíritu o la frescura de su caminar con Cristo. Eran honestos, justos y caritativos, pero tenían valor cuando lo necesitaban.

Reverenciaban la Palabra de Dios, y cuando predicaban, se deleitaban en exponer las Escrituras. Cuando era joven quería ser como esos líderes, y todavía lo hago. Elegí su fundamentalismo porque era un fundamentalismo que valía la pena salvar.

(a través de Andy Naselli)