Mark Noll intenta una explicación teológica del “enigma” de los éxitos y fracasos de Estados Unidos con respecto a la raza en su libro God and Race in American Politics. Para preparar el escenario para la explicación, cita el libro Love in Ruins de Walker Percy.

Noll dice que Percy “lo entendió bien”:

Qué broma más mala: Dios diciendo: aquí está, el nuevo Edén, y es tuyo porque tú eres la manzana de mi ojo, porque vosotros, los señoriales occidentales, los feroces caucásicos-gentiles-visigodos, creísteis en mí y en el estrafalario Acontecimiento judío aunque no estabais ni cerca de él y teníais que enteraros de ello por extraños.

Pero creísteis y por eso os lo di todo, os di Israel y Grecia y la ciencia y el arte y el señorío de la tierra, y finalmente os di incluso el mundo nuevo que os bendije. Y todo lo que tenías que hacer era pasar una pequeña prueba, que seguramente fue un juego de niños para ti porque ya habías pasado la grande.

Una pequeña prueba: aquí hay un hombre indefenso en África, todo lo que tenías que hacer era no violarlo. Eso es todo.

Una pequeña prueba: ¡suspenso! (God and Race, 178)

Noll responde, “ El enigma que Walker Percy planteó con tanta fuerza como una cuestión religiosa requiere al menos un esfuerzo de explicación religiosa”.

Intentaré resumir el esfuerzo de Noll mañana.