El jueves en Minneapolis fue tan hermoso caminar a casa que pensé: debería escribir una publicación sobre lo asombroso que es que ningún terremoto se haya tragado esta ciudad hoy.

En cambio, Dios envió calor y cielos cristalinos y brisas frescas y hojas doradas y gaviotas colgantes sobre Elliot Park.

Impresionante. ¡Absolutamente increible!

Nos merecíamos la caída de la torre IDS de 52 pisos, el colapso de los puentes y el gas venenoso para matar a miles. Pero en lugar de eso, Dios nos dio anticipos exagerados del cielo.

Por eso todos gritan: ¿Dónde estuvo Dios el jueves? donde estabas dios! ¿Cómo pudiste hacer esto? ¿Por qué dejaste que esto sucediera?

Todo el mundo dice eso, ¿no es así?