Mientras me detenga en el valor de Jonathan Edwards’ ensayo sobre los Decretos Divinos, he aquí una cita más que es digna de una extensa reflexión bíblica. Viene de la Sección 19.
Los objetores pueden decir que Dios no siempre puede prevenir los pecados de los hombres, a menos que actúe en contra de la naturaleza libre del sujeto, o sin destruir la libertad de los hombres. Pero, ¿negarán que un Dios omnipotente e infinitamente sabio no podría inventar y poner ante los hombres motivos tan fuertes para la obediencia, y haberlos mantenido ante ellos de tal manera que debería haber influenciado a toda la humanidad para continuar en su obediencia? , como lo han hecho los ángeles elegidos, sin destruir su libertad? Dios lo ordenará para que los santos y los ángeles en el cielo nunca pequen: ¿y se sigue, por lo tanto, que su libertad está destruida, y que no son libres, sino forzados en sus acciones? ¿Se deduce que se convierten en bloques, como dicen los arminianos que la doctrina calvinista convierte a los hombres?