La muerte de James Kennedy el 5 de septiembre está marcada por Al Mohler con más recuerdos de los habituales sobre los grandes logros de un líder. Hay un toque personal en la vida del Dr. Mohler que agrega el tipo de cosas que nos encanta escuchar acerca de un gran líder:
Mi deuda con el Dr. Kennedy es muy personal.  Yo era un joven bautista del sur que cuando era adolescente tenía serias dudas sobre los grandes temas de la fe cristiana.  El ministerio del Dr. Kennedy en Coral Ridge abordó esas grandes preguntas.  No tuvo miedo de asumir los desafíos intelectuales de la fe.  Fue amable con un adolescente bautista, me presentó a Francis Schaeffer y dignificó mis preguntas.  Claramente disfrutaba hablar de teología y fue la primera persona que conocí que demostró este gozo.  Fue amable.  Estaba enganchado.  En gran medida, mi propia vocación como teólogo se remonta a la influencia del Dr. Kennedy.  Me inspiró su compromiso intelectual y me motivó su visión de excelencia para la gloria de Dios.