A continuación, puede ver el promedio de asistencia al servicio de adoración del domingo por la mañana durante las primeras 21 semanas de cada año desde 1988. Estos números no incluyen a los niños de la guardería.

¿Qué podemos aprender de esto? 1) Hemos superado el estancamiento del año pasado. 2) Dado que tres de los últimos ocho años fueron años de baja, no debemos apresurarnos a asumir que un año de baja es una tendencia a la baja. 3) Los saltos más grandes se produjeron en 1981 y 1986, que fueron los años en que pasamos a dos servicios y tres servicios, respectivamente. (El espacio cuenta.)

Pero lo más importante que debemos aprender es que Dios es lento para la ira. Belén parece una historia de éxito sobre el papel. Podríamos dibujar gráficos aún más impresionantes de las ofrendas misioneras y los misioneros que van. Y esto no se supone que suceda en el centro. El barrio no es atractivo. El estacionamiento es inadecuado. La accesibilidad es complicada. Las instalaciones están deterioradas y poco atractivas.

Pero Dios es misericordioso con nosotros en nuestros fracasos. El fracaso particular que tengo en mente está en el área de ganar incrédulos para Cristo. Esta bendición Dios la ha retenido en gran medida. No completamente. Pero he escudriñado mi alma fervientemente para encontrar qué obstrucciones podría estar poniendo en el camino del Espíritu.

Algunos de ustedes me han alentado que Dios está haciendo más en este sentido de lo que parece. Algunos han dicho que necesitamos estos años de escasez (¡sí, de escasez! a pesar del gráfico) para humillarnos y llevarnos al punto de clamar por la verdadera bendición del poder de lo Alto.

¿Cómo sería este gráfico si el Espíritu de Dios cayera sobre nosotros como en el día de Pentecostés cuando 3000 fueron añadidos al Señor? ¿Qué repercusiones sentiría Minneapolis si 995 creyentes se incendiaran y vivieran para nada más que la gloria de Dios en la salvación de los pecadores que perecen?

Noël, yo y los chicos estaremos de vacaciones los próximos cinco domingos. Dicen que mi crisis de la mediana edad se supone que llega el 11 de julio (42,5 años). Prometo no comprar un velero o una tabla de boogie. Lo que realmente me gustaría ver es una crisis de fe que lleve a un compromiso mucho más radical con la salvación de hombres y mujeres. ¿Orarías para que en todas mis lecturas, oraciones y pensamientos, Dios me dé un corazón nuevo, y que el otoño de 1988 en Belén sea una de las demostraciones más asombrosas de “la demostración del Espíritu y poder&rdquo? que hemos visto alguna vez?

¡Deseando mucho más!

Pastor Juan