No he llorado tanto en un día desde que mi madre murió hace doce años. Cuando viertes tanto de tu corazón, mente, energía, esperanza y oración en una relación, el final es un ardor detrás de los ojos y una perforación en el pecho.

Cuando terminaron las discusiones de fusión el lunes (27 de octubre) por la noche, Dios derramó su gracia sobre catorce hombres cansados que habían llegado a amarse mucho. Nos tomamos de las manos y oramos. Nos abrazamos como si un hijo fuera a la guerra. Fue un encuentro precioso y desgarrador. Pero ahora las negociaciones de fusión han terminado y se debe dar alguna explicación. Lo intentaré.

Una posible fusión entre Bethlehem y First Baptist ha estado en discusión desde el 24 de abril. Desde entonces ha consumido incontables horas. Cientos de personas han trabajado para que esto suceda. Nosotros en el Comité de Consolidación sabemos que nuestras propias vidas serán más ricas y sabias por haber llegado a conocer y trabajar al lado del equipo de First Baptist.

Entonces, no sin una profunda conmoción en nuestros corazones, el Comité de Consolidación y los Diáconos de Bethlehem votaron para descontinuar la búsqueda de una fusión. Mantenemos nuestro amor por los santos de First Baptist y oramos fervientemente por su prosperidad espiritual en los días venideros.

Nos damos cuenta de que esta decisión será una profunda decepción para muchos y que ambas iglesias enfrentarán nuevamente desafíos extraordinarios. Sin embargo, estamos obligados por la conciencia a poner fin a la búsqueda de la fusión por al menos cuatro razones. Ningún hecho único ha llevado a esta decisión. Pero el peso acumulado de las siguientes observaciones finalmente se ha impuesto sobre nosotros con fuerza y gravedad irresistibles.

1. Las diferencias bíblicas y teológicas entre el personal pastoral de Bethlehem y un número significativo de personas en First Baptist, incluidos líderes influyentes, son sustanciales.
2. Nuestras filosofías de ministerio son lo suficientemente diversas como para hacer precaria la compatibilidad.
3. Las diferentes actitudes hacia la participación denominacional harían que las relaciones denominacionales fueran controvertidas y divisivas.
4. En vista de estas observaciones, la debilidad del voto para llamar al pastor John adquiere el color de una división continua y significativa.

Lamentamos que todo el peso de estas percepciones no se sintió antes. Ambas iglesias podrían haberse ahorrado seis meses de perseguir un sueño que resultó inviable. Pedimos disculpas por cualquier debilidad o pecado que nos haya impedido evitar este costoso desvío. Nuestra esperanza está en el Dios de Romanos 8:28, quien hace que sus siervos disciplinados digan: «He aquí, fue por mi bien que tuve gran aflicción». (Isaías 38:17).

Bajo su misericordia,

Pastor John
para el Comité de Consolidación