Dato:

Sin contar los 1,561,000,000 evangelizados no cristianos en el mundo , o los 1.362.000.000 de cristianos profesantes en el mundo, hay 1.381.000.000 de personas no evangelizadas en el mundo que «desconocen el cristianismo, Cristo y el Evangelio»; (Enciclopedia cristiana mundial, 1982).

Jesús dijo:

• Mateo 24:14, “Este evangelio será predicado primeramente en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones y entonces vendrá el fin.”
• Mateo 9:37-38, “La mies es mucha, los obreros pocos; Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.”
• Mateo 28:18-19, “Toda autoridad en el cielo y en la tierra ha sido Dado a mi. Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones.”
• Juan 20:21, “Como me envió el Padre, así también yo os envío.”

Por lo tanto:

Hasta que el Reino sea finalmente establecido y no haya más pueblos no alcanzados, la iglesia local debe ser una base de misión. Hasta que venga el Reino, la adoración debe avivar los fuegos del amor por la gloria de un Dios global. Hasta que venga el Reino, la educación cristiana debe entrenar a las tropas para la guerra táctica y estratégica con el arma de la verdad. Hasta que venga el Reino, consejería y crianza deben ser los hospitales de campaña salvando a los heridos, aliviando la fatiga de la batalla, transformando los traumas de la guerra espiritual en coraje de veteranos. Hasta que llegue el Reino, el compañerismo debe tener el sabor de la camaradería bajo asedio. Hasta que llegue el Reino, el dinero debe ser la moneda de combate, no la conveniencia. Hasta que venga el Reino, el ocio debe ser la recreación para la causa de Cristo. Hasta que venga el Reino, el matrimonio debe ser una sociedad de armas (¡doble sentido pretendido!). Hasta que venga el Reino, la familia debe ser un enclave de gozo centrado en Cristo que equipe a los jóvenes insurgentes para infiltrarse en los territorios ocupados. Hasta que llegue el Reino, la vocación debe ser un puesto avanzado de servicio, una salida solitaria y una línea básica de apoyo para el esfuerzo de guerra.

Si amamos la gloria de Dios, y tenemos compasión por los perdidos, ninguna otra mentalidad dejará limpia nuestra conciencia.

Estratégicamente,

Pastor John