El llevar la cruz es el camino del crecimiento de carácter y experiencia para el hijo consagrado de Dios. Cuando tenemos pruebas que interfieren con nuestros deseos y apetitos humanos, entonces sabemos que somos Sus discípulos. Debemos considerar pruebas “ligera aflicción, … obrando para nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.” 2 Corintios 4:17

Toda amonestación al hombre de Dios consagrado es una instrucción para llevar la cruz. Pero, tenga en cuenta que esas cosas son nuestros comportamientos voluntarios. La cruz no es puesta sobre nosotros; debemos tomarla”!

Romanos 2:1,2 “Os ruego…, hermanos, por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos

[usted mismo, deseos, metas, posesiones, su mismo ser] un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios…su razonable servicio. Y no os conforméis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena y agradable voluntad de Dios.”

Mateo 6:19-21, 33 &ldquo ;No hagáis …tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia….”

2 Corintios 6:4-10, “Antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios: en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias, en azotes, en prisiones, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; con pureza, con ciencia, con longanimidad, con bondad, con el Espíritu Santo, con amor sincero, con la palabra de verdad, con el poder de Dios, con las armas de justicia a diestra y siniestra, con honra y deshonra, por mala fama y buena fama, como engañadores, y sin embargo veraces; como desconocido, y sin embargo bien conocido; como moribundos, y he aquí vivimos, como castigados, pero no muertos, como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, y sin embargo poseyéndolo todo.”

Así, habiéndonos consagrado al Señor, no deberíamos tener voluntad propia; el yo debe ser ignorado, o como lo expresa el Apóstol Pablo, «vosotros estáis muertos, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios», Colosenses 3:3. “Considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios” Romanos 6:11.

Si bien sabemos que no podemos lograr todas estas cosas a la perfección, sabemos que la misericordia y el amor de nuestro Señor compensarán la diferencia.  Incluso bajo el peso de la cruz, «un hombre justo cae siete veces y se levanta de nuevo». Proverbios 24:16.