¿Puedo decirles a todos que Dios los ama?
Transcripción de audio
¿Qué significa el amor de Dios en Juan 3:16?
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda sino que tengan vida eterna.
Es muy importante que no traigamos nuestras ideas preconcebidas nativas, no aprendidas de la Biblia, del amor a la Biblia, para hacer que la Biblia signifique lo que creemos que significa amor. Debemos humillarnos y preguntar: “¿Qué quieres decir, Dios? ¿Me ayudarías con el contexto más amplio y la plenitud de tu revelación para saber qué quieres decir con amarnos en este versículo?”
Hay algunas cosas grandiosas que son muy obvias, ¿no es así?
1. Dios ama al mundo. Es decir, ama a la gran totalidad de los seres humanos caídos, a todos.
2. Este amor es tal bondad, tal intensidad, tal magnitud, que lo movió a dar a su Hijo para morir por el mundo.
3. Un propósito y efecto indiscutible de ese amor es que quien crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. En otras palabras, este amor abre la puerta para que todo aquel que crea tenga vida eterna.
4. Por lo tanto, este amor es indiscriminado. Se puede hablar, prometer, aplicar a todos sin excepción, porque eso es lo que dice.
El amor dice, según este versículo: “Si creeréis en mi Hijo, yo os daré vida eterna. Puedo hacer eso con justicia porque mi Hijo canceló las deudas de todos los que creen, para que si creéis, vuestras deudas sean canceladas. Este es mi amor por vosotros: he dado a mi Hijo para que con sólo confiar en él, como única condición, viváis conmigo en la alegría para siempre.”
Por lo tanto, podemos decir a todo ser humano: “Dios os ama, y así os ama: entregó a su Hijo para que muriera, para que si creéis, vuestros pecados os sean perdonados, y viváis con él para siempre.” Esa es la manera de predicar Juan 3:16, personalmente o en un púlpito.
Así que eso es lo que significa, promete y hace el amor de Dios en Juan 3:16. Es por eso que Dios ha usado este versículo de manera tan asombrosa para salvar a millones de personas. Expresa lo que nos gusta llamar la oferta gratuita del evangelio. Me encanta la oferta gratuita del evangelio.
No hay límites para esta oferta. Se aplica a todas las etnias, a todas las edades, a todas las categorías socioeconómicas y, lo mejor de todo, a todos los grados de pecadores, de los malos a los peores, porque no los hay de otro tipo. “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo único, para que todo el que” —indiscriminado, universal— “cree en él, no se pierda, sino que tenga vida eterna.”
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