Transcripción de audio
Pablo mira a su alrededor en su día, tal vez como Elías, y ¿qué ve? El Mesías ha llegado y el pueblo de Israel, casi en masa, lo ha rechazado. Y relaciona eso con la historia de Elías. Romanos 11:1: “¿Ha desechado Dios a su pueblo?” Él responde: «¡De ninguna manera!» Y luego vuelve a las palabras desesperadas de Elías en Romanos 11:3: «Solo yo me quedo».
Y luego Pablo contrapone las palabras soberanas de Dios a las palabras desesperadas de Elías, citando 1 Reyes 19:18. en Romanos 11:4: “Pero, ¿cuál es la respuesta de Dios a él? ‘Me he reservado siete mil hombres que no han doblado la rodilla ante Baal.’” Los he guardado.
Pablo se basa en el punto principal de esta historia: “Los he guardado. He guardado a mi gente. No he abandonado a mi pueblo. Nunca abandonaré a mi gente. No puedo perder a mi gente. Vuelvo corazones. Las personas no son soberanas. Soy soberano. Romanos 11:5, “Así también en el tiempo presente” —al igual que en los días de Elías— “hay un remanente, escogido por la gracia.”
“Dios vuelve los corazones hacia sí mismo por la gracia. Dios guarda corazones para sí mismo por gracia.”
¿Ves cómo está pensando? El punto principal de la historia de Elías en 1 Reyes 19 es, “Dios, hazles saber que si alguien viene a Dios, si alguien ha experimentado el arrepentimiento, si alguien está experimentando un cambio total en su mente y estructura, tú estás trabajando. lo estás haciendo Esto es lo que haces.» Y él dice que esto es cierto en cada generación: judía y gentil. Eso es todo el mundo en Londres.
En cada pueblo, hay un remanente escogido por gracia. Dios vuelve los corazones hacia sí mismo por gracia. Dios guarda corazones para sí mismo por gracia. Eso es lo que significa que Dios sea Dios. “Hazles saber dos cosas: que tú eres Dios y que vuelves el corazón. Tú eres Dios y vuelves el corazón”. Eso es lo que significa que Dios sea Dios. “Hazles saber que tú eres Dios, que gobiernas los corazones de los hombres, que gobiernas sus corazones, que gobiernas los corazones de la familia de estos hombres en esta sala”. ¿Crees eso? Dios gobierna tu corazón. Dios gobierna el corazón de tus hijos.
Tengo cinco hijos. Dos de ellos no siguen a Jesús. Daría cualquier cosa por verlos conmigo en el cielo. No me consuela pensar: “Dios es impotente. Son soberanos y él está indefenso”. Eso no es un consuelo para mí. Eso puede resolver tu problema. No me resuelve ningún problema. Mi única esperanza es: “Dios, tú gobiernas el corazón. Me arrodillaré siete veces. Haré cualquier cosa, pero tú gobiernas el corazón. Lo que significa que puedes hacerlo. Si tienes que hacerlo antes de mi funeral, hazlo. Haz lo que sea necesario porque eso es lo que haces. Eres Dios”.
Así que estoy pensando en sus familias, estoy pensando en sus cónyuges, estoy pensando en sus novias, estoy pensando en sus amigos en el pub. Estoy pensando en quienquiera que conozcas que has hecho todo lo que estaba a tu alcance para mostrarles la realidad de Cristo, y no se están moviendo. No atribuyas soberanía al corazón humano. No es un consuelo.
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