Transcripción de audio

La distinción más básica y esencial entre un cristiano y un no cristiano no son las nuevas decisiones de la voluntad, ni las nuevas obras de las manos, ni las nuevas doctrinas en la mente, sino un nuevo deleite en el corazón. Esa es mi tesis. Lo diré de nuevo. La distinción más básica entre el cuerpo de Cristo y el mundo no son las decisiones piadosas, las buenas obras, las doctrinas genuinas, sino los deleites gozosos en la gloria de Dios, la hermosura de Dios, la excelencia de Dios, la santa majestad de Dios, las maravillosas misericordias de Dios, la persona de Dios revelada supremamente en Jesucristo.

“El mundo es perfectamente capaz de usar su fuerza de voluntad para tomar decisiones por Jesús”.

El mundo es perfectamente capaz de usar su fuerza de voluntad para tomar decisiones por Jesús. Judas ciertamente lo hizo durante tres años, todo el tiempo siendo un amante del dinero y un ladrón, mientras estaba dispuesto a seguir a Jesús todo el día todos los días. Los filántropos seculares hacen buenas obras. “Si doy todo lo que tengo, y si entrego mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me sirve” (1 Corintios 13:3).

El mismo diablo sabe más bien doctrina para ser verdad que nadie en esta sala. Pero ni el diablo ni los filántropos seculares ni todo el mundo incrédulo se deleita ni puede deleitarse en la gloria de Dios supremamente.

Lea, mire o escuche el mensaje completo: