Transcripción de audio

Sabemos algo de la dulzura de su amistad porque hemos probado la miel. Por eso existe la miel. Esa es la forma en que la Biblia lo usa. La miel existe para ayudarte a conocer a Dios. Sabemos algo de su riqueza sustentadora porque hemos comido pan cuando teníamos hambre. No es una cosa blanca y esponjosa con la que haces cebo para peces: pan francés realmente sólido o pan alemán, ¿sabes? Si has comido eso, conoces mejor a Dios, o eres un idólatra.

«Todo lo que es bueno en esta vida está diseñado por Dios como un anticipo de lo que es disfrutarlo».

Sabemos algo de la calidez de sus afectos porque recordamos haber sido abrazado por nuestra madre. Sabemos algo de las profundidades personales y la exquisita intensidad del placer de persona a persona porque hemos sentido deseo sexual. Para eso es el sexo: para conocer a Dios, para saborear a Dios. Y sabemos algo de su valor porque hemos codiciado el oro, e incluso nuestros pecados dan testimonio de su valor.

Así que, cualquier acción es buena en esta vida, cualquier idea es buena y verdadera, cualquier cosa que vea, escuche, pruebe o toque, la creación de Dios, toda ella, está diseñada por Dios como una señal y un anticipo de cómo es disfrutar de Dios mismo.

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