Transcripción de audio

No tengo la misión de agregar un glaseado feliz al pastel de su decisión por Cristo. Tengo la misión de mostrarte con las Escrituras que si todo lo que tienes es una decisión por Cristo y no deleites en Cristo, no tienes a Cristo.

No nos salvamos por simples decisiones. Somos salvos por la obra soberana de Dios por su Espíritu que nos hace nacer de nuevo, lo que trae a la existencia una nueva criatura que tiene nuevos afectos por Dios y menos afecto por el mundo. Eso es salvación.

“Si todo lo que tienes es una decisión por Cristo y ningún deleite en Cristo, no tienes a Cristo”.

La salvación no es mi cerebro haciendo lo que puede hacer por sí mismo. Mi salvación es un milagro obrado por el Espíritu Santo en mí, haciendo lo que yo no puedo hacer por mí mismo, trayendo a la existencia a un nuevo John Piper que tiene afecto por Dios y está dejando de amar al mundo.

Entonces, no les traigo un mensaje de felicidad como guinda del pastel de la decisión. Más bien, quiero persuadirte de que si entiendes correctamente la fe salvadora, entonces el deleite en Dios sería parte del pastel, no solo la guinda, no el furgón de cola al final del tren y no solo algo prescindible para personalidades estoicas.

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