Transcripción de audio

“En cuanto a los santos en la tierra”, es decir, santos, piadosos, los que atesoran a Dios y viven para él, “ellos son los excelentes en quienes está todo mi deleite” (Salmo 16:3) — todo mi placer, todo mi gozo, lo cual no quiere decir que se deleita en los santos, los piadosos, en lugar de Dios, o por encima de Dios, sino por causa de Dios.

En otras palabras, mientras el salmista contempla todo tipo de personas en el mundo, todas las personas mundanas, todas las personas poderosas, todas las personas influyentes, todas las personas que podrían rascarle la espalda, dice que hay una clase de personas que hazme realmente, realmente alegre: personas que atesoran a Dios.

“Hay un tipo de personas que deberían alegrarnos mucho: las personas que atesoran a Dios”.

Me pregunto si estás sentado pensando: «No me gustan los cristianos que conozco, y me divierto más con todos mis amigos incrédulos». Si ese es usted, creo que debería hacer dos preguntas.

Primera: ¿Conoce a algún cristiano? Quiero decir, ¿cristianos? No me refiero a los que asisten a la iglesia, me refiero a las personas radicales que dan su vida porque Jesús significa todo para ellos. Son sirvientes del mundo porque Jesús se ha movido en sus vidas, ha puesto todo patas arriba, los ha liberado de su relación amorosa con el mundo y su ego y poder y dinero y sexo, y son personas radicales. ¿Conoces a alguien? Tal vez no conozcas a nadie así que te disguste. Esa es la primera pregunta que debe hacerse.

Segunda, debe hacerse esta: ¿Por qué usted, un cristiano profesante, encontraría más gozo en las personas que no encuentran gozo en cuál es tu gozo principal? ¿Qué significaría eso? Esas son las dos preguntas que debe hacer.

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