Transcripción de audio

Dios es totalmente soberano sobre los desastres y las desilusiones de nuestras vidas, y puede hacer que cada uno de ellos sirva para nuestro gozo eterno. Él es lo suficientemente soberano como para poder tomar hasta la última prueba, dificultad y desilusión y hacer que todos ellos sirvan a nuestra felicidad eterna.

Esta gracia soberana es la base de tu gozo en el dolor. Pero no tienes que esperar hasta que hayas superado la angustia. No es después de tus penas, sino incluso en las penas de una profunda desilusión, que puedes encontrar gozo en Jesús, tal vez incluso un gozo más dulce que el que encontrarías sin tu debilidad.

Los hedonistas cristianos no persiguen simplemente el gozo después del dolor. Perseguimos el gozo en el dolor y en la decepción. El tema de nuestras vidas debe ser “tristes, pero siempre gozosos” (2 Corintios 6:10).

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