Lo que los pastores jóvenes necesitan saber
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El pastor Rob Pochek escribió un artículo (para Baptist Press) sobre cinco cosas que desearía haber sabido como un joven pastor. Estas son tres de ellas:
Estás pastoreando un desfile. La primera vez que una familia dejó una iglesia que yo dirigía, personalmente me sentí herido. Pensé que realmente me había equivocado como pastor; o en mis momentos de mayor frustración, pensé que “simplemente no lo entendían”. De lo que no me di cuenta es que a veces Dios quita personas de tu ministerio para tu beneficio. ¡Estoy seguro de que Él a veces los mueve para su beneficio! Fue a John Maxwell a quien escuché decir por primera vez: “Cada pastor pastorea un desfile… la gente siempre está yendo y viniendo.” A medida que he visto a la gente ir y venir a través de los años, he aprendido a confiar únicamente en el Señor para que traiga personas que agreguen beneficio a la iglesia. Es, después de todo, Su iglesia para construir. De hecho, Dios a menudo quita a alguien para llevarnos a Él, y luego nos bendice con alguien más que agrega un tremendo valor a la iglesia. Entonces, como pastor joven, prepárate para el hecho de que la gente vendrá y se irá; y confíe en que Dios lo está haciendo para su beneficio y para el bien del cuerpo.
Las personas que exigen más sirven menos. Como pastor joven, mi suposición era que las personas que dieron y sirvieron más fielmente demandarían la mayor parte de mi atención. Lo contrario era cierto. Las personas que exigen más suelen ser las que dan menos y sirven menos. Pensándolo bien, eso tiene sentido. Cuando las personas son fieles y obedientes para dar de sí mismas y de sus recursos para hacer avanzar el reino de Dios, están mucho menos inclinadas a creer que deben tener la atención exclusiva de un pastor. No te sorprendas cuando los más decepcionados contigo y los que más te critican son los que menos han invertido en el ministerio de la iglesia local.
Predica la Palabra. Cada año, el mercado se llena con los últimos libros sobre cómo hacer crecer una iglesia. Algunos de esos consejos son realmente buenos, ya que se basan en investigaciones sólidas sobre iglesias que están creciendo. Otros no son tan buenos. La tentación para los pastores jóvenes es encontrar un concepto o idea con el que resuenen y decidan seguirlo; o peor aún, simplemente intentan copiar lo que funciona en otro lugar. Sin embargo, aunque hay mucho que ganar de los misiólogos y practicantes del crecimiento de la iglesia, hay una cosa que no debe olvidarse. Lo único que tenemos que decir que tiene algún valor para nuestro pueblo se encuentra en la Palabra de Dios. Ningún truco de crecimiento de la iglesia, presentaciones ingeniosas o cambios de estilo pueden reemplazar el poder del hombre de Dios, escondido detrás de la cruz, predicando a Cristo de todas las Escrituras. (Haga clic para leer el artículo completo).