No solo nuestra salud física está en peligro por la pandemia del COVID-19. También está ejerciendo presión sobre nuestra salud mental. La preocupación nos llega de muchas maneras, desde tratar de no enfermarnos, tomar precauciones para no infectar a otra persona, cambios en nuestras rutinas diarias y presiones financieras.
Todo esto se ve agravado por tener menos oportunidades para la interacción social. Necesitamos a otras personas más de lo que nos damos cuenta. Fuimos creados para la conexión. El miedo, la tristeza y la soledad pueden conducir muy fácilmente a la desesperanza.
Sin embargo, es posible eludir estos sentimientos negativos y detenerlos antes de que vayan demasiado lejos. Recuerda guardar tu corazón por encima de todo, porque determina el curso de tu vida (Proverbios 4:23). Lucha contra toda dureza y amargura que intente entrar en tu corazón.
Mantente suave, enseñable y humilde leyendo la Biblia con regularidad. Y recuerda siempre que sin importar las circunstancias que te sucedan, Dios puede seguir siendo la fortaleza de tu corazón para siempre.
Aquí hay ocho verdades que debo recordar cuando la desesperanza se apodere de mí.