La Biblia es el único libro en toda la tierra que enseña una resurrección general de los muertos. En primer lugar, establece que los muertos están muertos y no vivos; y que debido a que están muertos, es necesaria una resurrección para darles vida. Si ya está vivo, no podría haber resurrección. Las Escrituras enseñan que toda la raza fue condenada a muerte a causa de la transgresión de Adán. (`1 Cor. 15:21,22`; `Rom. 5:12,18,19`) En las siguientes Escrituras se declara en términos inequívocos que Jesucristo, como el Salvador del mundo, murió por «todos los ," todos los hombres. (`1 Tim. 2:5, 6`; `Heb. 2:2, 9`; `1 Juan 2:2`) Esta última cita muestra, más allá de toda controversia, que Cristo es la «propiciación»; –satisfacción–no sólo por "nuestros pecados" los pecados de la Iglesia, sino también por los pecados del mundo entero. A causa del «rescate por todos», viene la hora en que todos los que están en sus sepulcros saldrán a la voz del Hijo del hombre (`Juan 5:28,29`), los justos a una inmediata resurrección a la vida, y los malos a una levantamiento gradual (resurrección) por juicio. El Apóstol en otro lugar afirma una resurrección general. (Ver `Hechos 24:15`)