Cualquiera que sea el significado de las palabras del Maestro, es obvio que ninguno de Sus seguidores ha podido hacer «obras mayores» que Él realizó en cuanto a las obras milagrosas de abrir los ojos ciegos, destapar los oídos sordos, resucitar a los muertos, calmar la tempestad, etc. Las «obras», por lo tanto, debe ser de una naturaleza diferente, o en una escala mayor. Ambos son ciertos. La última expresión del versículo debe notarse en relación con esto: -«porque voy al Padre». Nuestro Señor, cuando ascendió a lo alto y hubo presentado los méritos de Su sacrificio en favor de Sus seguidores, pudo entonces conferir el Espíritu Santo de filiación a aquellos que, a través de la fe y la obediencia, llegarían a ser miembros de Su Iglesia. Estos que reciben el Espíritu Santo, o el poder de Dios, serían capacitados para realizar las «obras mayores»; de abrir los ojos espiritualmente ciegos, destapar los oídos espiritualmente sordos, resucitar a la vida espiritual a los que estaban muertos en delitos y pecados, y calmar las tempestades del alma; todo lo cual, desde el punto de vista divino, es una obra mucho mayor que la curación meramente física, etc. Por otra parte, cuando la Iglesia de Cristo ha sido glorificada en el estado celestial, la obra de resucitar a los muertos y curar, bendecir y restaurar a plenitud la vida y la salud y el gozo y la felicidad, se ejecutará a escala mundial, porque la promesa es que todas las familias de la tierra serán bendecidas a través de "La Simiente de Abraham"–Jesús y los miembros de Su Cuerpo, la Iglesia. (`Gén. 22:18`; `Gálatas 3:27-29`.)