Aunque Moisés y Elías abandonaron la escena de las experiencias de la tierra en circunstancias peculiares y misteriosas, aún Se asegura que ambos fallecieron. (`Deut. 34:5`; `Heb. 11:13`.) Las Escrituras en todas partes representan a los muertos como estando en una condición de inconsciencia, «dormidos»; en la tumba, la tumba–"Los muertos no saben nada" porque no hay sabiduría, ni ingenio, ni ciencia en el sepulcro adonde vas" (`Ecl 9:5,10`). Debemos examinar cuidadosamente el texto bajo consideración, en busca del verdadero significado, reconociendo que todas las expresiones de las Escrituras inspiradas están en completa armonía. El noveno verso de este mismo capítulo explica el asunto, donde notamos las palabras del Maestro: -«No cuentes la visión a nadie». Lo que el Apóstol vio, por lo tanto, fue simplemente una «visión»; de Moisés y Elías con el Señor, así como San Juan en la Isla de Patmos vio visiones de bestias, ángeles, etc., y no cosas reales en sí mismas. Seguramente Moisés no había resucitado y perfeccionado en ese momento, porque se nos informa que nuestro Señor Jesús fue el primero en resucitar de entre los muertos y ser glorificado. Note también las palabras del Apóstol Pablo en `Heb. 11:39,40` donde establece que Moisés y los otros antiguos personajes dignos del pasado todavía tienen que ser perfeccionados por aquellos de la clase de la iglesia cuando sean glorificados en el Reino celestial con Cristo.