Cuando parece que Dios no está escuchando…
Las Escrituras están llenas de versículos sobre Dios escuchando y respondiendo nuestras oraciones. “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que le pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” (1 Juan 5:14–15).
Hubo un tiempo en mi vida cuando podía digerir fácilmente estos versos. Pero un día, todo cambió: mi esposa y yo tuvimos un aborto espontáneo. Cuando una de las oraciones más puras y legítimas de mi vida pareció quedar sin respuesta, sentí que Dios se quedó corto. Mi fe nunca había sido tan sacudida.
Es difícil reconciliar estas oraciones aparentemente sin respuesta con pasajes que declaran la fidelidad de Dios. Es aún más difícil cuando la ira y el dolor nublan tu pensamiento.
Hacer nuestras peticiones con confianza no significa que Dios concederá todas las peticiones. Juan afirma que “si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye” (5:14). Puede que no responda a nuestras oraciones de la manera que esperamos, pero hará lo correcto dentro de Su poder y voluntad.
Los problemas que enfrentamos son aún más profundos que nuestras trágicas circunstancias. ¿Qué pasa con las necesidades básicas? Orar por ellos parece algo que no deberíamos tener que hacer. Juan prueba lo contrario cuando ora: “Amado, oro para que todo te vaya bien y que goces de buena salud, así como te va bien a tu alma” (3 Juan 2). Las oraciones de Juan por las necesidades básicas sugieren que debemos orar por todo, independientemente de cómo Dios conteste nuestras oraciones.
Puede parecer que Dios se queda corto a veces, pero tal vez sea porque no entendemos todo el imagen—la imagen que Dios ve. Dado que en última instancia pertenecemos a Dios, nuestros sentimientos o entendimiento no es lo que más importa. Lo que importa es nuestra creencia. Este es el contexto del comentario de Juan sobre la oración: “Estas cosas os escribo a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna” (1 Juan 5:14).
Pero, ¿cómo podemos creer cuando suceden cosas horribles, como perder a un hijo? Juan insinúa la respuesta: “Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero está en poder del maligno” (1 Juan 5:19). Podemos estar conectados con Dios, pero el mundo no lo está.
No podemos dar sentido a todo en este mundo caído, pero podemos tener la esperanza de que con el tiempo tendremos más comprensión. Juan dice: “Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Él es el Dios verdadero y la vida eterna” (1 Juan 5:20). En Jesús, podemos encontrar vida eterna y esperanza. En Cristo, Dios está expandiendo nuestra comprensión de lo que significa precisamente ser escuchado por Él.
La forma en que Dios contesta nuestras oraciones puede no tener sentido para nosotros ahora o nunca. En un mundo roto, experimentaremos dolor. Vivir en comunión con Dios significa confiar en que Él nos escucha, sin importar cómo responda nuestras oraciones. Significa esperar pacientemente el día en que todo finalmente tenga sentido.
Todas las referencias bíblicas son de la versión estándar en inglés (ESV).
Artículo cortesía de Bible Study Magazine publicado por Logos Bible Software. Cada número de Bible Study Magazine proporciona herramientas y métodos para el estudio de la Biblia, así como también información de personas como John Piper, Beth Moore, Mark Driscoll, Kay Arthur, Randy Alcorn, John MacArthur, Barry Black y más. Hay más información disponible en http://www.biblestudymagazine.com. Publicado originalmente en forma impresa: Copyright Bible Study Magazine (marzo-abril de 2011): pág. 32.