Biblia

Si Dios tiene el control, ¿por qué debemos orar?

Si Dios tiene el control, ¿por qué debemos orar?

Es una pregunta que todos nos hemos hecho de vez en cuando. Si Dios controla todos y cada uno de los eventos, desde el más pequeño hasta el más grande, y ya ha decidido lo que sucederá, ¿por qué orar? Después de todo, si va a suceder de todos modos, ¿qué posible diferencia pueden hacer sus oraciones o las mías?

La respuesta es que no va a suceder “de todos modos”; va a suceder de una manera particular. La Biblia no nos dice que podemos forzar a Dios orando lo que queramos orar, como si nuestra voluntad estuviera restringiendo la voluntad de Dios. No, nos dice “que si pedimos alguna cosa conforme a la voluntad [de Dios], él nos oye” (1 Juan 5 v 14).

Dios ha elegido hacer lo que quiere hacer en respuesta a las oraciones del pueblo de Cristo, cuando le pedimos lo que quiere. ¿Por qué debería hacer eso? ¿Por qué no podría simplemente hacer lo que quiere de todos modos y dejarnos fuera de esto? Supongo que podría. Pero, maravillosamente, ha elegido gobernar el mundo en comunión con el pueblo de Cristo. Lo hace de la siguiente manera.

Primero eligió trabajar en respuesta a las oraciones de Jesús. En la tumba de Lázaro, Jesús dice esto: “Padre, te doy gracias porque me has oído. Sabía que siempre me escuchas…” (Juan 11 v 41-42). Dios Padre eligió resucitar a Lázaro en respuesta a la oración que Jesús había hecho, ¡y de ninguna otra manera! Si Jesús no hubiera orado para que Lázaro resucitara, el Padre no lo habría resucitado. Dios, por su Espíritu Santo, movió en el corazón de Jesús su Hijo, para que Jesús hiciera esta oración; y entonces Dios le respondió, porque Dios el Padre y Jesús el Hijo caminan en perfecta comunión.

Luego, él pone el Espíritu de Jesús en los corazones de los seguidores de Jesús, para que que nosotros también comencemos a orar según la voluntad de Dios. Cuando la Biblia dice que debemos orar “en el nombre de Jesús”, significa que oramos sobre la base de la muerte de Jesús por nosotros, y de acuerdo con los deseos que Jesús ha puesto en nosotros por su Espíritu. Por lo tanto, necesitamos que nuestras oraciones sean moldeadas por la voluntad revelada de Dios en las Escrituras. Cuando le pedimos a Dios que haga lo que Dios ha revelado que desea hacer, podemos estar seguros de que estamos orando de acuerdo con su voluntad.

Maravillosamente, Dios ha elegido gobernar el mundo en comunión con el pueblo de Cristo.

Por supuesto que hay ocasiones en las que le pedimos otras cosas, y entonces no podemos estar seguros de cómo responderá; porque nuestras oraciones pueden no ser conforme a su voluntad. Nuestras oraciones no cambian la voluntad de Dios ni desafían su control; pero nos atraen a una comunión amorosa con él en su maravilloso gobierno del mundo.

Dios ha escogido trabajar en respuesta a las oraciones de su pueblo. Él ha escogido que seamos movidos a orar y él contestará las oraciones que nos ha movido a orar. Nuestras oraciones no significan que hábilmente nos salgamos de la soberanía de Dios y tiremos de algunas palancas de una región que está más allá del control de Dios, y entonces Dios tiene que responder. Significan algo mucho más maravilloso que esto. Significan que Dios, por su Espíritu en tu corazón y en el mío, nos mueve a orar. Él nos instruye de la Biblia acerca de lo que le agrada; pone en nuestro corazón el anhelo de que se haga su voluntad en la tierra como en el cielo; y luego oramos, como él nos ha movido a orar. Y luego hace lo que quiere hacer, y ha elegido hacer; pero, lo más maravilloso, ha elegido hacerlo solo cuando oramos por ello. ¡De esta manera extraordinaria, Dios nos atrae a su gobierno del mundo, de modo que nuestros deseos y anhelos moldeados por Dios realmente dan forma a lo que sucede! No hay mayor privilegio.

Tomado de ¿Dónde estaba Dios cuando sucedió eso? Y otras preguntas sobre la bondad, el poder y la forma en que Dios obra en el mundo por Christopher Ash.

Este artículo apareció originalmente en TheGoodBook.com Usado con autorización.

Christopher Ash es pastor, autor y escritor residente en Tyndale House, Cambridge. Fue director del curso de capacitación Cornhill de Proclamation Trust de 2004 a 2015. Está casado con Carolyn y tienen cuatro hijos y tres nietos.

Imagen cortesía: Thinkstockphotos.com

Fecha de publicación : 16 de marzo de 2017